La historia de
los juegos olímpicos, como los conocemos hoy en día, comenzó con los primeros juegos
modernos celebrados en Atenas en 1896, en un intento del Barón Pierre de
Coubertin por enlazarlos con la cuna del olimpismo de milenios previos tras la
prohibición de los juegos por el emperador Teodosio I de los romanos. Casi cien
años después, en 1990, Atenas había presentado su candidatura para ser la
anfitriona de los juegos olímpicos de 1996 (que marcaban el centenario de los
nuevos juegos), aunque estos, tras una polémica votación fueron finalmente
asignados a la candidatura de Atlanta, decisión basada sobre todo en su
capacidad económica y en la rotación continental que intenta llevar el Comité
Olímpico Internacional (los juegos de 1992 habían sido en Barcelona, España).
Tras este revés, en 1997 Atenas volvió a presentar candidatura para los
primeros juegos de verano del siglo XXI (los del año 2004) para los que
finalmente fue elegida tras superar a Roma por 25 puntos.
Por otra parte
en 2002 comenzó a circular el euro (tras tres años como moneda de cambio) en
doce estados pertenecientes a la Unión Europea. Grecia había confirmado su
adhesión a la moneda única en 2001 y un año después fue parte de esos doce
países. Los diseños de las monedas seguían unos parámetros estrictos que en
2003 fueron modificados por la Comisión Europea para permitir la acuñación de
monedas conmemorativas de eventos relevantes para el conjunto de la Unión. Gracias
a esta modificación, Grecia pudo acuñar la primera moneda conmemorativa de dos
euros que entró en circulación en el año 2004.
Si bien la
moneda conserva las características físicas de todas las monedas de dos euros (que
es la única que puede ser usada para este fin) su anverso muestra un motivo
distinto al de la moneda de circulación normal de Grecia. Se usó una imagen del "Discóbolo" de Mirón de Eléuteras, una escultura considerada una obra magnífica y de la que no conservamos el original de bronce sino
múltiples copias hechas en siglos posteriores por distintos autores.
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Discóbolo Townley (copia del original de Mirón) en 2009 expuesto en el Museo Arqueológico de Alicante. Copy of Myron Dorieo, Discobolo 1, marked as public domain, more details on Wikimedia Commons |
El diseño de
la moneda, y su creación, estuvieron a cargo del artista Panagiotis Gravvalos (conocido
por su implicación con varios museos griegos y por diseñar algunas estampillas
merecedoras de premios internacionales de diseño) quien además diseñó el nuevo
anverso de las medallas olímpicas desde esa edición de los juegos, aún en uso. El
modelo en yeso fue hecho por el grabador Konstantinos Kazakos quien también
estuvo relacionado con el resto de monedas de colección emitidas para la
ocasión.
Es llamativo
que se haya escogido para la moneda el ejemplar con la cabeza en dirección
errónea, sobre todo teniendo en cuenta que la otra copia completa es la que
está conservada en el Museo Nacional Romano y que tiene la cabeza en una posición
considerada “correcta”. Quizás la razón de no usar esta copia es el hecho de
que en el año 1938 fue comprada por el gobierno del Imperio Alemán (con Adolf Hitler
como líder), expuesta en la Gliptoteca de Múnich y posteriormente devuelta en
1948.
De la moneda
se emitieron aproximadamente 35 millones de copias de los 50 millones
inicialmente previstos y, a 2018, se la puede encontrar a la venta en alrededor
de seis a ocho euros en distintas tiendas especializadas.
Sea como sea,
Grecia no lideró ese año el medallero aunque si logró el mayor número de
medallas en una edición de los juegos desde 1896, con 16 medallas en total (seis
de oro, seis de plata y cuatro de bronce) siendo una de las de oro la primera obtenida
en clavado gracias a la actuación de Thomas Bimis y Nikolaos Siranidis en la
disciplina de clavado sincronizado masculino desde tres metros. Además se dio la
coincidencia de que el judoka griego Ilias Iliadis, que ganó oro en la categoría de hombres de menos de 81 kg, era primo del judoka georgiano Zurab
Zvidauri que ganó oro en la categoría de hombres de menos de 90 kg. Por
otra parte se corrigió el anverso de las medallas tras 76 años de malestar griego
por la representación del Coliseo romano en el mismo desde la edición de
Ámsterdam en 1928.
En mi opinión
es una moneda digna de pertenecer a la colección de monedas de dos euros porque
su diseño recoge muy bien el espíritu de los juegos olímpicos. Sin embargo, si debo
ponerle un “pero”, lo hago a la inscripción “ATHENS 2004” que es claramente
comercial al escribir en inglés algo que bien podría estar escrito en griego.
Obviando este detalle, es una moneda europeísta y agradable para la
numismática.
Para más información de los discóbolos pueden revisar los siguientes enlaces:
Línea Serpintinata: MIRÓN, "Discóbolo"
La libreta de Irma: El discóbolo y la orgía de oro
Para más información sobre el valor numismático de esta moneda y su relación con otras similares:
Numismática Visual: La primera moneda de 2 euros conmemorativa
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